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“¿ESTÁ FACEBOOK CREANDO DESORDENES?”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De un tiempo para acá, es común observar que los usuarios de Facebook noten y/o alcancen a percibir un cierto impacto negativo en sus relaciones interpersonales cuando se utiliza esta red social como el medio para vincularse con otra persona.  En ese sentido, se han generado o re-utilizado diversos estereotipos asignados socialmente a la gente tímida, introvertida o con dificultades para relacionarse con otras personas cara a cara, ya que parecen sentir una gran ansiedad al tener a un otro de frente –por ello prefieren vivir en el chat-. No obstante, me he dedicado a revisar una serie de estudios científicos de gran seriedad y relevancia en el ámbito de la psicopatología y la psiquiatría, ya que al parecer, no hay fundamentos que sostengan estos estereotipos que podemos crearnos de las personas que usan fervientemente las redes sociales para vincularse con los otros.

 

Entrando en materia, en el año de 1995, Robert Kraut y su equipo de investigación ofrecieron una conexión a internet y un ordenador a 93 familias que no tenían experiencia en el uso del internet y realizó un seguimiento de su salud psicológica durante varios años en el Proyecto HomeNet. Después del primer año de uso del internet, los investigadores concluyeron que un mayor uso de internet se asoció con más signos de soledad y depresión. Aunque este estudio demostró posteriormente que la influencia negativa se disipó con el tiempo y la experiencia, la preocupación por el impacto de la tecnología en la salud psicológica se ha intensificado hasta el punto de que 16 años después, el Consejo de la Asociación Americana de Pediatría sobre Comunicaciones y Medios de Comunicación, reportara que la ‘Facebook Depresión’ era un problema potencial para los preadolescentes y los adolescentes. Además, Rosen y su equipo de investigación en el 2012, informaron sobre una nueva enfermedad psicológica denominada ‘iDesorden’, definida como la relación negativa entre el uso de la tecnología y la salud psicológica.

En la actualidad existe una amplia evidencia que documenta la relación entre la depresión y los excesivos mensajes de texto, ver clips de video, juegos de video, chat, correo electrónico, escuchar música y otros usos de la multimedia. Además, algunos estudios han logrado vincular alteraciones en el estado de ánimo con la adicción al internet. Por  poner algunos ejemplos concretos:

 

  • La depresión está asociada con el uso del internet y la dependencia a los mensajes de texto.

  • Los adultos con trastornos depresivos graves, gastan cantidades excesivas de tiempo en la computadora.

 

A partir de estos resultados, se ha postulado una teoría que explica cómo los estados de ánimo depresivos se transmiten por medio de la tecnología, la cual se ha denominado “Contagio Emocional”. Los fundamentos de esta teoría es que, los contenidos en la red particularmente depresivos (como música y películas) inducen un efecto negativo en nuestro estado de ánimo. Además, no sólo los espectadores y oyentes de esos contenidos depresivos en la red se deprimen, sino que también, cuando tenían una conversación con mensajes de texto, sus parejas con las que se comunicaban utilizaban menos palabras, usaban términos más tristes e intercambiaron mensajes a ritmos más lentos (indicando que ellos también experimentaban el estado de ánimo decaído de quien hablaba con ellos). Al respecto, una forma sencilla de observar a esta teoría de contagio emocional en acción, es leyendo blogs y comentarios en redes sociales de las personas que comentan publicaciones de tipo depresivas. No vayamos tan lejos: es mundialmente conocido el fenómeno de identificación y manipulación emocional que se presentan en los blogs ANAyMIA (sobre anorexia y bulimia) o incluso, aquellos blogs que explican paso a paso, las mil y un maneras de cometer un suicidio. Por ello, se asegura que el estado de ánimo depresivo se asocia con la calidad de las interacciones, no con la cantidad de interacciones en blogs, redes sociales, videoblogs, etc.

 

Por otro lado, hay algunos estudios que han encontrado que el narcisismo se exacerba e incluso se fomenta en las redes sociales (¿suena familiar el selfie?), debido a la rápida popularización  de Facebook o Twitter para alentar a los usuarios a publicar actualizaciones de estados –generalmente del estado emocional [Fulanita Pérez –se siente confundida]- y publicar fotos, en las cuales se reproducen estándares de todo tipo (belleza, relaciones de pareja, los chacas, los nacos, los de la friendzone, y un largo etcétera). Por ello, algunos autores proponen que es el ambiente controlado de estas páginas web lo que atrae a los narcisistas: los usuarios de redes sociales pueden retorcer sus fotos de perfil actualizaciones de estado y sus biografías, e incluso sus listas de amigos con el fin de parecer más atractivos.

 

Lo anterior me resulta lógico pero para muchos puede ser cuestionable. Por ello, los estudios que relacionan a las personalidades narcisistas con el uso de redes sociales, se dedicaron a evaluarlos con pruebas psicológicas objetivas, encontrando que “más tiempo pasado en Facebook y una mayor frecuencia en la revisión de la página de Facebook, predijo puntuaciones más altas en las escalas de narcisismo”.

 

Por otra parte, también se ha evaluado la ansiedad que sienten los usuarios de las redes sociales, que es el punto con el cual inicio este artículo, siendo la ansiedad la más estudiada por psicólogos y psiquiatras. Lo que han evaluado fervientemente, es la relación entre el uso problemático y el uso compulsivo del internet, siendo algunos ejemplos de ello las compras compulsivas en línea (para los que se gastan los miles de pesos en los catálogos en línea de Sears, Samborns, Liverpool, etc.), el uso compulsivo del internet y el uso compulsivo del celular (para llamar, para mensajes, para el whatsapp, juegos y demás). ¿Por qué los resultados de estos estudios son tan importantes? Porque indican que la gente que usa compulsivamente las redes sociales y/o el celular, lo hace con la intención de aliviar la ansiedad. Ello no significa que sea una de las mejores maneras para liberarnos de la ansiedad de la vida acelerada cotidiana, ya que en realidad representan nuestros intentos por regular nuestras emociones de forma desadaptativa. Esto es llevado al extremo por algunos usuarios de Facebook, que incluso llegan a presentar rasgos paranoides por el uso intenso de las redes y los comentarios-fotos-videos que los otros usuarios (amigos o conocidos) hacen, por lo que han llegado a experimentar percepciones raras y anormales de la realidad (¿quién no se identifica con aquellos comentarios que creemos que son para nosotros? Las indirectas en los muros de Facebook se convierten rápidamente en una forma disfuncional de comunicar las emociones que evidentemente no podemos decir frente a frente, y que además, le producen al otro fuertes sentimientos de persecución [“ósea, obvio el comentario es para mí; publicó la foto con su nueva novia para darme picones, etc.”].

 

Con estos estudios, la psicología y la psiquiatría cibernética, es decir aquellas que se especializan en estudiar y comprender cómo las nuevas tecnologías impactan en la comunicación humana y pueden generar alteraciones en la salud psicológica de los usuarios de internet; intentan implementar medidas científicas objetivas que permitan valorar el impacto negativo de los vínculos humanos mediados por la computadora, el celular, las tablets y todo tipo de gadgets tecnológicos que nos obliguen voluntariamente a agachar la cabeza para ver una pantalla, que a levantarla para verle la cara al otro.

 

Psic. Hazel Quinto

 

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